Sin ti y conmigo.

Me gusta más cuando nadie sabe de mi;
soy como un suspiro impulsivo;
puedes verme en los reflejos del agua y ahogarte en ella,
¡te advierto!, puedo envenenarte sin alguna razón.
No quedes en mis manos, no te sirven de soporte, más bien,
son mi puente colgante favorito;
el temblor y el calor de mi cuerpo, sin algún sentido.
Dime, "dama de fuego" (espeluznante deseo).
Dime, "hombre de hierro" (cobarde caballero).
Dime, "Narciso pervertido" (¿Quién no se engaña asmismo por alguna causa?).
Dime, "Casandra presumida".
Dime, "Pandora sin caja".
Dime, polvo del llanto, pareja de lirios dormidos.
Dime , viento y no me llames "marioneta".
Dime todo lo que te aturda e inclina la quijada sobre mis hombros de sal.
Dime todo lo que oigas, malcriado duende, niño insoportable y seductor mortal.
T rostro, rugoso y delgado (feo por allí, feo por allá)
¡Ven aquí!, te arrullaré entre mis pies y serás un condenado;
los pies de las alamedas embriagadas.
Dime, "reloj de las emociones" (comienzo y final a locuras y horrores).
Pon tu marca en mi suspiro. Ahora sabrás algo, ágil cadena:
Ahora mi cuerpo y mi voz se engrandecen,
son más fuertes que el temor y la ira juntos.
Dime todo lo que creas, pero serás cadena que se encadena y atrapada en sus mismas terquedades; serás cadena que se enreda entre ácidos y extinguidores,
desvaneces sin esfuerzo (no tendré que malgastar mis energías).
Me gusta más cuando nadie sabe de mi.
Soy nueva, renovada, sin miedos y sin cadenas,
sin excusas y sin penas,
sin las manchas de la religión,
sin una pieza de alucinación liliputiense,
sin ti, conmigo y con otro espíritu.

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