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Los colores tienen secretos.

Publicado el , 30 de Jul de 2013
Me han enseñado que las cosas no tienen color,
que el color uno lo construye
lo utiliza cuando las cosas quieren ser escuchadas.

Me han enseñado que los colores oscuros afirman que nada está bien.
que el color negro son los recuerdos de esas fotos viejas con los rostros pérdidos,
son el pasado ya muerto queriendo volver a vivir.
Que el color café son las semillas que los bisabuelos cuidaban,
ellos después de la muerte se convirtieron en sus mismas semillas.
Que el color gris es indeciso, 
que es el mismo miedo a elegir un camino definitivo,
que es el miedo a ser uno mismo.

Me han susurrado los antepasados 
que los colores cálidos son complices de una locura vital.
que el color carmesí es el color de la sangre cuando se siente feliz.
que el rojo es la pura energía explosiva y festiva
que tan excesiva se vuelve dolor.
Que el color naranja sólo da ganas de oler hojas de árboles jóvenes,
el exquisito aroma del cítrico,
la perfecta y fresca juventud en una crema de manos.
Que el color amarillo es ese adolescente 
que para imitar al sol se vuelve tan emotivo 
que no lo percibe realmente sino aparentemente.
Que el vinotinto es un rojo borracho 
y a la vez una dama de fiesta despreocupada.

Me han comentado que los colores fríos son el andar descalzo sobre sueños,
que son el pleno deseo de vivir el aquí y el ahora.
Que el verde son las ganas de ser uno mismo
sin anticiparse para ser lo que uno no es.
Que el azul son las ganas de ser diferente sin herir a los demás,
que las rosas adultas se pintan de azul 
para darle un número a su experiencia.
Que el azul son las ganas de ser marinero, 
de enfrentar la marea hasta encontrar su propio faro.
Ese azul que me hace pintar sin pensar tanto.
Es ese azul claro que me trae tanta tranquilidad.
Que el morado es el sensible secreto: 
de que el azul se enamoró del rojo.
Ese morado es el dulce aroma de las uvas,
que el mismo morado es la rebeldía pura.
Es ese morado el alma del niño curioso que todo lo pregunta.
Es ese morado la identidad de la cattleya trianae.

Y finalmente los colores de las cosas 
nos han hecho etiquetarlo todo, 
nos han hecho construir un lenguaje único,
nos han permitido un vínculo permanente con los otros.
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Sobre el autor

Alejandra Vásquez



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