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RAUDAL

Publicado el , 13 de Ago de 2013
A veces, el aroma de florestas
mitigan esa ansiedad infinita de suplir tu inocencia...
todas las direcciones enmarcan las yemas de mis dedos...
pero ninguna cubre el hambre de tus sentidos.
Es extraño...
aquella elucubración tenía tus encantos,
y los bosquejos de tu angustia,
dibujados en mi esperanza.
Pero al caer la tarde...
mis ojos se marcharon de tus miradas
para alcanzar una vista
simple y diáfana como una nube en la primavera...
y yo seguí cantando...
hasta una nueva vida!

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Sobre el autor

NANDO FRANCO

"Este soy... un pobre diablo... que a tragos pasa la vida... en verso y prosa perdida... en el juego del vocablo."



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