Procesos de enamoramientos prematuros

Una mirada.
Una mirada es una sucesión sin fin
de instantes;
Una cadena de alephs, 
contiguos a porciones infinitas del universo, 
en las cuales su mirada se cruza
con la mía.

Un deseo.
Una febril y escurridiza corriente
de pasión ardiente, cual titán de los astros
que atraviesa el idilio de la mente,
y pone, ante tus ojos,
el afanado delirio de sus labios,
su cuerpo,
su amor.

Una expresión.
La contundente prueba,
que vislumbra, con detalles milimétricos
que se ha impreso, con tinta indeleble
y con poesía
sus ojos, su ser;
una mujer.

El tiempo.
Desde su encasillamiento en el reloj
se dedica a caminar raudo
tras su hermano espacial,
extrañándolo,con una nostalgia, 
análoga a la mía,en el instante en que
tu belleza contuvo nuestra respiración.

El sendero.
Camino que has de caminar.
La reflexión me deja el sinsabor
de no saber sus pensamientos.
Melancólicamente me pregunto
si nuestros significados 
trascienden la situación
de la misma manera.
Supongo que no.

Una obsesión.
Al parecer sú vida dura eones en mi pecho.
Dos años más en mi cabeza.
Imagino tantos escenarios en los que el amor 
es tan grande como las cordilleras, que para él,
solo encuentro una palabra 
para describirle con exactitud:
plenitud.

Un suspiro.
Un suspiro es un llamado,
desesperado y a gritos, del alma.
La sensación más calificativa
del desespero y la desesperanza,
en el que todos los anhelos
se marchitan.

La nostalgia.
Nada más que ella,
quién aún se aleja de mí.

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