No es un recetario.

Me gustan las mujeres con ojos rojos, y versos locos.
Con neuronas que mueren al inhalar y neuronas que nacen al analizar.
Las mujeres con cerebro inquieto y labios quietos, con dedos extraños, sonrisas demenciales, que puedan vivir aquí y en marte.
Las mujeres que miran y observan, las que me escuchan con los ojos cerrados, las que me vuelven caudal sin un roce, las que no prometen, me gustan las mujeres versátiles, serias, inteligentes, activas y estúpidas, cuando se requiere una sonrisa.
Me gustan las mujeres que son ninfas y duendes y faunos, las que me hablan de subrealismos con la plena certeza de que es su realidad.
Me gustan las mujeres con un arte añadido a su desnudez; que huelan a pachulì, a hierbas, a sándalo, a lirio, a café. 

• Pensamiento