2265
0

El pecado

Publicado el , 29 de Dic de 2013
Hay un secreto en un cuadro religioso de colores.

Hay muchos hombres sentados alrededor  de un pobre pendejo.

Está el verde, el azul, el rojo.

Mucho vino y unos trozos de pan.

Tres de ellos parecen mujeres ¿Será ese el secreto?

A lo mejor los vestuarios largos uniformados tapen el silencio.

¿Qué silencio?

No. Ya todo se ha dicho en los sermones que pronuncia un alma con vestido de sonata.

Sería curioso haber vivido esa época que todo parecía real.

Se me olvidaba que la realidad se extinguió o quizá nunca existió.

Los manteles blancos de esa mesa parecen prestados;
es como solo uno, son como 5 bien hilados.

Ellos dicen a gritos ser humildes.

Sus sandalias de cuero no pretenden crear horror.

Pero me asusto, no pienso más en eso.

Ya creo saber cuál es el secreto,

no es el fondo meloso y lleno de paz,

ni los platos blancos y sin sentido,

ni los gestos diabólicos y delicados,

ni los pies deformes e incompetentes,

ni sus miradas fingidas y posadas,

ni los taburetes que no se ven por ninguna parte,

ni las paredes color madera seca….

Ya se me borró ¿Cuál es el secreto?

Acaso es estar hablando estáticos más de veinte siglos.

Ya es un cuento su presencia en cada familia.

Ellos: Todos los trece hombrecillos de papel y pintura lo lograron.

Su mamá es poderosa, tiene una ideología que acumula esclavos.

En las casas donde está esta figura de colores vivos hay muerte…

Muerte de necesidad, necesidad de saber el secreto.

¡Cuál es el secreto!

¡Miro ese cuadro sordo y no dice nada, se burla de mí!

Presiento que la respuesta está dada en vivir despacio;

En no volver a mirar ese cuadro.

¡Qué pena tan frágil, esa no es la respuesta!
Es la última vez que me pregunto…

¡Cuál es el secreto!

El secreto de ese cuadro de colores con sabor a muerte es saber administrar el pecado.
- Para realizar comentarios debes iniciar sesión con tu cuenta de InkSide -

Este poema aún no tiene comentarios

Sobre el autor

Santiago

Demente por la buena escritura poética. Loco por las historias que encarna la rima.



- Leer más del autor -
Diez años.

No está mal saber la historia de mi protagonista; la voy a narrar: Mil momentos, muchos lugares cálidos y fríos, cientos de miradas, incontables guiños. Son siluetas que se encuentran, que se besan, que se aman. La costumbre los llevo a donde el amor invita a susurr ...

Recomendados