sentado en su jardín.

Hermosa como siempre, triste como nunca,

Resplandeciente con el amor en sus ojos

Más dicientes que cualquiera de mis palabras,

Por eso guardé silencio en los últimos toques

De sus delicadas manos y dejé mi mirada

En sus labios bañados por el rocío que incapaces

De moverse guardaron la postura de un final

Inesperado. Ahora sentado en el  jardín de

Su recuerdo soy atormentado por las preguntas

Que al no encontrar respuesta, enfurecidas me golpean

La conciencia y me destruyen la ilusión.

No existe nada como ella, entre más lo pienso

Más convencido de tal idea me siento, y así

Pasan las horas dejando huellas en el viento

Como hojas secas de un árbol que ya no existe,

Después de tanto pensar veo la lluvia llegar y la clásica

Ventana es de mi oscura casa me refleja a medias

Y confunde mis lágrimas con los colores de un ocaso

Hecho a lápiz.

Pudo haber sido… una voz que viene de mis textos

Y parece escapar de mis frustrados poemas que ya

No volvieron a encontrarla, es la misma voz que

Revolotea cuan negra mariposa en mi habitación al

Intentar dormir con la mirada perdida al vacío

Y mis manos sujetando sus recuerdos como

Cualquier hombre sujetaría la última esperanza de vida.

Mañana será otro día para recordarla y reflexionar

Sobre aquellas ideas que no tienen explicación y

El recuerdo de su belleza anidado en mi corazón,

Un día más para pedir perdón por un destino

Que yo no diseñé y para suspirar sentado

En el jardín que ella plantó y que hoy se marchita

Sin que yo pueda hacer nada…