Confunsión

No recuerdo si alguna vez habré realmente creído en algo, se le suma a mi recuerdos amnésicos esas cosas en las que creí, si es que realmente existieron. Ahora no distingo bien qué es lo que he olvidado y qué es lo que nunca existió. Aquellos abrazos que están en mi mente, ¿Los habré leído en libros, escuchado en tertulias? ¿los habré sentido en mayo, en abril, en un atardecer, en la noche? o ¿estuvieron allí en mi pecho en alguna fecha que no recuerdo, entre brazos que se esfumaron en el vacío o el universo? ¿existirá algo llamado universo? o ¿acaso de nuevo invento vocablos mezclando palabras que alguna vez dije o no dije o recuerdo a medias en las noches sin estrellas enlunadas?




Me miro al espejo y no reconozco esa imagen que veo, ¿sigo siendo yo?, no lo pareciera, he invadido un cuerpo indefenso que lucha por dejarse ver al espejo. Me olvidé, quizás también olvidé cómo soy, he creído ser yo, ¡no eso no puede ser! yo no creo en nada.




Duda simple resuelta en preguntas, ¿quién olvidó a quién? ¿quién miró el espejo? ¿quién escribió el primer párrafo?


Seguramente no fui yo, el que termina esta ubicuidad.

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