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Cuento adolescente

Publicado el , 15 de Jun de 2014
¿LA REALIDAD O LA IRREALIDAD?



Una vez soñaba con la realidad que conocía, pero que no estaba viviendo. Se acercó el soñador a la ventana en medio de la noche, disfrazado de sombra, preguntándose a sí mismo, será posible escribir la historia que me atormenta dentro de mi destino?,  y si es posible, qué haría o respondería a la realidad?. La noción de moralidad con la que había vivido lo confundía cada vez más.

¿No había sido injusto con él mismo al tratar de esconder una verdad que causaba su desdicha pero que él no había creado? Esta podría ser la realidad dependiendo del lugar donde se encuentre el personaje:

Él nunca había tenido mucho, así vivía él. Sin preocupaciones más que la de cualquier estudiante, pasar los exámenes y tener una vida de jovencito recién salido de su hogar. Se decía para sus adentros: - Primero pondré en orden todo lo que quiero hacer y como lo voy a hacer, iniciando con lo más difícil para disfrutar  de lo que se viene a lo largo de este largo camino en el que me encuentro. Todo esto se lo decía antes de comenzar su aventura.

Fue fácil elaborar un sin número de planes por experimentar dentro de su nuevo mundo, pero fue mucho más fácil que se le olvidara todo aquello que se propuso una vez puso el pie dentro de aquel lugar. (Nadie está excento a caer en la realidad de que los planes nuca salen como se los puede pintar la imaginación), así fue. El pobrecillo quedo pasmado de la emoción tras encontrarse tan indefenso bajo la imagen de algo que siempre había estado tan cerca pero que nunca antes le había revuelto tanto los sentidos. Tanto fue su impresión que no pudo reaccionar más que con una sonrisa de idiota que le caracterizaba a la gente cuando está fuera de sus cabales. Para él ese momento fue como haberse bebido una botella de whisky en un solo sorbo, un trago que para la posteridad se quedaría en la definición más exacta y general que siempre ha tenido: un trago amargo.

Sabía desde ese instante que esos años dentro de ese lugar serian eternos y  abrumadores, tal vez tormentoso. Pero no había más que hacer, eso era lo que había elegido para su vida.

Lo que estaba viviendo después de aquel episodio solamente lo afectaban a él. Vivía con las certezas de desear algunos momentos con el ser que se adueñaba de alguna forma de todos sus sentidos. Así como les cuento, vivía solamente con sus construcciones futuristas de poder conseguir algún momento un poco de su atención. Era un pequeñuelo que no se preguntaba nada de lo que podría herirlo de ella, pero si se ilusionaba con todo lo que podía ella darle en su vida.

Sin querer y tal vez por cualquier mal juego del destino, sus sueños se estaban convirtiendo en realidad, pero sus realidades eran tan distintas que él jamás se preguntaba de los detalles que venían adheridos a los momentos que habían comenzado a compartir, se sentía en un paraíso robado. Era robado porque jamás llegaría a ser de él.

Esa euforia le duro poco, pues descubrió con el tiempo todas aquellas mentiras con las que estaba viviendo. Se encontraba en una clase de repisa donde ponen todos los trofeos que se ganan, al parecer él solo era eso, un triunfo mas que llenaba ese gran compendio.

En un mundo donde todo es blanco, la oscuridad era su mejor aliado para revelar una verdad/mentira que ya suponía. Bajo la luz de la luna llena, que cubría las sombras y que solo dibujaba siluetas, se descubrió todo:

-Estaba caminando con la mirada perdida entre la poca oscuridad que los arboles del camino me brindaban, ocultando una derrota creada y causada por mi propio egocentrismo. DE pronto y sin pensarlo, cruce por la calle donde nunca había caminado, tal vez por no recorrer el conocido y aburridor camino que acostumbraba recorrer. Fue tan solo un instante fugaz entre mi realidad y mi fantasía que basto para cortarme hasta matar al orgullo que se encerraba dentro de mí.

Bajo este relato se queda aquella ilusión, enterrada con las flores que algún día regaló. Así fue cuando descubrió por fin que el mundo apenas empezaba a descubrirse, que a pesar de todo lo malo, siempre hay paisajes que se pintan para amainar la realidad de todas las ocupaciones, incluso hasta el  más vago necesita ver algo nuevo e interesante que lo olvide de aquellas constantes que se le puede convertir ser humano. Esa fue una historia que la había sucedido de la misma manera en escenarios distintos.

Había comprendido que cuando dice “es la correcta”, el despertar de esa mentira hacia la realidad mucho más difícil de llevar y olvidar. Al menos para quien lo arriesga todo se convierte en desgracia. Pero todo depende del lado en que te encuentres, ¿la realidad o irrealidad?
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Sobre el autor

Il Zahid ( Carlos Andres)

Nada esta descrito ni definido en su totalidad.



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