784
0

Tarde de otoño

Publicado el , 25 de Sep de 2014
Aquella tarde el sol rebosaba de vida, vida que regalaba a todo el que pasaba a su lado, el verde del paisaje se hacia más verde, más intenso, quizas no quería ser opacado por el cielo resplandeciente. El agua de ese charco que se extendía por todo el lugar había adquirido un colo peculiar una mezcla del barro en el fondo, el resplandor del sol y algunas nubes.

Observaciones sin sentido las que hacia en ese instante, una absurda contemplación de la naturaleza, de un poquito de un todo, de un todo que se encontraba ahora delante de mi, en esos deslumbrantes ojos cobijados en la sombra de un árbol. Un árbol que como todos en esta época del año creaban el magnifico efecto de una lluvia amarilla, lluvia que poco a poco se convertía en una cama amarilla para los dos, para mi y para esos ojos que reflejaban toda la escena.

En la cama amarilla contra el árbol esos ojos cafés se convirtieron en labios dulces, en mejillas rosadas, en un cuello empinado, esos ojos se convirtieron en todo un mundo de curvas y desniveles inexplorados. Y yo me convertí en manos, dientes, cabellos alborotados, movimientos suaves y bruscos, me convertí en un explorador de aquel mundo en un mar amarillo y un cielo moteado.En aquella tarde paso mi vida junto a la suya y se negó a desprenderse hasta la noche, noche que consumió de un bocado aquellos ojos resplandecientes, noche que también era yo.

- Para realizar comentarios debes iniciar sesión con tu cuenta de InkSide -

Este poema aún no tiene comentarios

Sobre el autor

Maikcol A. Fernández



- Leer más del autor -

Recomendados