Penetrarte desde atrás
Publicado el , 22 de Nov de 2014
En esta fría visual de tu desabrigada espalda
mis labios atumultuados convocan lujuria a cada rincón de tu cuello;
el sabor del sudor que hace presencia entre tus cabellos
hace que mis manos resbalen al tomar la base de tu cerviz.
La forma que toma tu cuerpo corresponde honrosamente
Al forcejeo de pesos entre nosotros mismos;
ya tu cintura tiene algunos apretones de mi mano
que corroboran el irreprochable deseo que crece en ambos.
En los bordes de tu boca cabalgan mis dedos simplistas
Buscando la dureza que proponen en otros similares;
Entre los pliegues de los labios de tu vagina humeante
mis dedos proponen lascivia a todo tu ser completo.
Las curvas de tus caderas orgullosas se levantan copiosamente
dejando atrapado entre ellas a mi pene que sigue endureciéndose;
El calor de los roces y el escándalo de los gemidos respirables
Hacen que todo en derredor nuestro se componga de más sexo.
No hay excusas, no hay cielo,
estamos ahí, tumbados, dejando que la brujería haga lo suyo.
No hay palabras, no hay infierno
seguimos al ritmo frenético de tus caderas en defensa y búsqueda
No hay miedos, no hay purgatorio,
corremos a la frecuencia tácita de penetrarte y, el calor avanza.
No hay pretextos, no hay paraíso,
Más allá de esto, compartirnos como amantes, como vivientes
Pausa que trae el orgasmo,
dióxido de carbono que llena la habitación
y el exceso de oxígeno en el cerebro todo lo nuble
menos el mirar como tus nalgas y mi pene
mis labios atumultuados convocan lujuria a cada rincón de tu cuello;
el sabor del sudor que hace presencia entre tus cabellos
hace que mis manos resbalen al tomar la base de tu cerviz.
La forma que toma tu cuerpo corresponde honrosamente
Al forcejeo de pesos entre nosotros mismos;
ya tu cintura tiene algunos apretones de mi mano
que corroboran el irreprochable deseo que crece en ambos.
En los bordes de tu boca cabalgan mis dedos simplistas
Buscando la dureza que proponen en otros similares;
Entre los pliegues de los labios de tu vagina humeante
mis dedos proponen lascivia a todo tu ser completo.
Las curvas de tus caderas orgullosas se levantan copiosamente
dejando atrapado entre ellas a mi pene que sigue endureciéndose;
El calor de los roces y el escándalo de los gemidos respirables
Hacen que todo en derredor nuestro se componga de más sexo.
No hay excusas, no hay cielo,
estamos ahí, tumbados, dejando que la brujería haga lo suyo.
No hay palabras, no hay infierno
seguimos al ritmo frenético de tus caderas en defensa y búsqueda
No hay miedos, no hay purgatorio,
corremos a la frecuencia tácita de penetrarte y, el calor avanza.
No hay pretextos, no hay paraíso,
Más allá de esto, compartirnos como amantes, como vivientes
Pausa que trae el orgasmo,
dióxido de carbono que llena la habitación
y el exceso de oxígeno en el cerebro todo lo nuble
menos el mirar como tus nalgas y mi pene
luchan para alcanzar lo anhelado.
(Recuerdos de hacerte el amor...)
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