De firmar

De forma irrepetible
con tacto de divinidad;
abrazaste mi cuerpo
a tu alma en plena calma.


Yo, sucumbí infaliblemente a tu presencia
llena de luz en la mañana que empezaba,
inundamos el mundo particularmente nuestro
de una imagen que algunos ni siquiera soportan


Tus largas piernas
de suave fragancia,
ajustaron las mías
a tus pasos que no dejé


Tú, implacablemente dejaste tus huellas en mí
vigilantes al horizonte donde los barcos avanzan,
Para que los testigos ausentes tuviesen la fe
de saber que la siembra empieza el día de lluvias


Mis ojos volaron
con vanidad propia;
cubriendo tu esencia
de pulcra manera etérea


Nosotros, quedamos con las firmas puestas
contrato escrito en nuestra piel a besos;
Revisado palmo a palmo con caricias
Y sellado la noche que decidimos hacer el amor

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