¿Qué puedo decir de la paz?

¿Qué puedo decir de la paz?


Tierra de vida abundante y néctar dulce,

tierra de la mora,

del tomate,

tierra peleada y olvidada,

donde yo nací, sintiendo el olvido por la gente;

y el interés por la tierra.



Cargo conmigo aquel suelo que dejó de engendrar amargo café

y seduciendo a hombres con su fertilidad produjo guerra.

Guerra de diestra, siniestra y una ley en la que falta fe;

Guerra adornada de opio y con aroma a coca,

en la que se paga con sangre,

una deuda cobrada a quien no debe nada,

donde con dolor propio asuntos ajenos pagué.



De la misma forma en la que se ahoga un suspiro en el ruido,

me ahogo en los recuerdos de esa navidad que se vistió de luto.

Hago memoria del sonido de un temeroso latido apagado

que oí mientras el impacto de una bala sin dueño,

en fuego cruzado,

atravesó la firmeza de la inocente espalda de aquel cuerpo;

aquella bala que me arrebató a mi amado.



Que alguien mate mi dolor y me diga:

Cómo se consuela a un hijo ante la partida de su justo héroe más preciado;

cómo contento a mi razón que no sabe a qué ideología otorgar la culpa;

cómo a mi corazón, diciendo que estoy bien , después de perder a quien me otorgaba calma le [miento;

cómo de mi estirpe tallada por campos y cultivos me olvido;

a sabiendas de que ha sido apuñalada por la guerra.

Para decirle a usted, periodista de vida sencilla,

“qué opino de la paz yo”.

Luego de mi resquebrajada experiencia,

Lo único que sé con certeza de la paz, le anuncio,

Es que la añoro y deseo más que a nada;

Porque odio y detesto la guerra más que a todo.




-Erato-   

Autora legal: Elida Albor

• Sociedad