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Carta para aquel destinatario adecuado

Publicado el , 5 de Abr de 2018
Carta para aquel destinatario adecuado

Todo comenzó con un abrazo que rompió mi esquema, atravesó mi sensibilidad y generó en mi alma la confianza más fuerte que hasta ese momento la vida pudo darme (haberme brindado).

Efectivamente, el tercer día del segundo mes será un día inolvidable, pues contigo confirmé que cuando existen desafíos "no le tenemos ni siquiera miedo a nuestros propios límites", y, sí provocaron en mi destino muchas interrogantes persuasivas.

Gracias por extenderme tu mano, agarrarme fuerte, tan fuerte que hizo de una lágrima un cielo cubierto de esperanza. Junto a tu regazo y con tus caricias despegué mi vuelo como símbolo de renacimiento y cada momento se encapsuló en una locura eterna.

Derramé una sola lágrima de temor, las demás fueron de emoción; sí, esa emoción que me causa escuchar tu voz; si, esa emoción que me causa cuando hablamos de realizar más aventuras en el futuro.

Contigo le gané tiempo al destino, contigo no me importó la crítica o el qué dirán, contigo estoy viviendo una lección más, una experiencia que no reprocha circunstancias ni consecuencias.

Despertarme a tu lado y sentir que un torrente valiente envolvió mi sentido en cada desenfreno de pasión fue mucho más que tener suerte. No sé aún porque se hizo tan natural perder mis temores a tu lado y entregarme a la existencia desaforadamente.

Ahora te sueño, ahora te necesito, ahora no sé cómo lidiar con este hecho de pensar que estarás lejos.

Sabes, lo más bonito de estos días compartidos fue cuidar de ti, acercarte un bocado de comida y brindarte un sorbo de agua; lo prioritario de estos días compartidos fue reafirmar que apoyaré tus proyectos; lo importante de éstos días compartidos fue asegurarme que seguiré sintiendo esto que se volvió inexplicable.

Realmente, no sé qué pasó, ni voy a interrogarme; no me arrepiento de nada; y, si, que dure lo que tenga que durar, y si es la vida entera –mi vida- lo aceptaría.

Hoy, ya no es un día más; hoy se volvieron los instantes motivos para añorarte, pensarte y quererte. Si, lo que ahora siento es infinito y será para siempre.

Vuelve pronto, yo estaré -justo ahí- para fundirnos en un abrazo, para perdernos en un beso, para delirar en continuas huellas o quizá para entenderte si tal vez decides alejarte.

Por mi parte, me comprometo a esperarte, seguro el tiempo no tendrá objeción con estas ganas inmensas que tengo de volver a encontrarte.

Por favor, cuídate mucho; porque cada noche sin ti se me vuelve perpetua, es difícil despertar y confirmar que no estás a mi lado; y pues, sí, quiero escribir una historia conjunta, sin prisa, sin distancias, sin argumentos agobiados e inconciencias abandonadas.

Te quiero mucho (más de lo que suponía), vuelve pronto...


Atentamente,
Lilia Quituisaca-Samaniego

Postdata escrita: Después de todo, la interrogante planteada fue: ¿Cuánto dura la magia?
La respuesta más lógica fue: uno, dos, ocho, diez o los días que el alma quiera; exactamente, todo ese tiempo dura la magia; y el tiempo es infinito… Esa es la diferencia.

Postdata original (no escrita, ni publicada): Tu aroma se mantiene sensible por cada uno de mis recuerdos...
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Sobre el autor

Lilia Quituisaca-Samaniego (Lilivi)

Recorro las huellas de mi tierra Guasuntos, me alimento de inspiración -crítica soledad- alma en silencio.



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