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III

Publicado el , 4 de Sep de 2018

Hay dolores tan lentos…
y la vida no sirve
sino para sentirlos
Hay horas que duelen
y termina uno sin saber cómo
sobre un cielo de petróleo
cruza un pájaro asesinando las piedras.

A veces quisiera ser gota de la lluvia
o esas ondas que hablan cuando caen
en la charca
Mas apenas soy yo el que cae en la charca
y, entre este mi túmulo de mugre y corazón,
me elevo a ser gota y pájaro y cielo.

Soy la extrañeza de las
horas que duelen
Soy la gota de tristeza en la
mujer que se va.

Hay dolores tan lentos…
y la vida no sirve
¡no sirve, no sirve!

Mas entre estas mis manos que buscan ahorcarme
suspiro por sobre las horas ingrávidas
al ser el cielo y pájaro y vuelo y roca.

Si a veces quieres ser una cosa
entonces sé una cosa universal y así, siempre,
nombra sus cualidades iguales nunca
de pájaro y cielo y gota.

¿Mientras pasa la vida
qué no sirve…


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Sobre el autor

Madrigal

No soy nada especial. Escribir no es nada especial; pintar, menos, por eso que lo haga no me hace mejor, apenas sí diferente o acabado -y esas son varias consideraciones-. Pienso que la grafía apenas es un reflejo del Universo, una vil manera -aunque honrosa para unos- de replicar el silencio de la eternidad. Escribo poco, hago el ejercicio, pero, antes que nada, como principio de mi principio, yo elijo leer y no sólo libros, pero les cambio tres monedas, un puesto burócrata, una novia boutique o medio pan -como Lorca- por un libro. O por una pintura, una buena pintura de la vida. 



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