Ansiedad
Publicado el , 23 de Sep de 2018
Hoy tan solo su recuerdo vive, algunas veces como una gota de dulce y brillante miel rodando en mis labios que susurran su nombre en la mitad del más crudo silencio. otras veces como el fino vodka que embriaga mis sentidos y me abstrae de la realidad por horas y cuando despierto su recuerdo es desesperación y ansiedad que cala hasta los huesos, acelera mi respiración me llena el pecho de insistente miedo y los ojos de tristes lágrimas que no cesan hasta quedarme dormido sobre la mesa al lado de la ventana desde donde algún día la contemplaba recogiendo flores en el jardín y hoy solo se ve desolación y muerte.
los rayos de sol que entraban por la ventana a las cinco de la tarde acariciando con sus dorados rizos los ribetes de la cortina se diluyeron en su último intento por traerla de vuelta. entonces todo quedó congelado en el tiempo... es extraño; parece que el tiempo no pasara aunque mi ansiedad dice otra cosa y últimamente ha estado más intratable que de costumbre haciendo temblar mis manos y produciéndome taquicardia. siento que no tengo remedio y sumido en una constante depresión deseo cortar mi existencia buscando la paz que su presencia me daba pero no he sido capaz porque una voz inexplicablemente pertinaz me dice que espere un día más, mientras tanto en mis delirios de locura recorro la casa llorando y hablándole como si nunca se hubiera ido y de hecho de alguna manera nunca se fue porque en forma de recuerdo amargo. dulce o embriagante está aquí más presente cada día en cada rincón de cada segundo marcado con su nombre. sigo mirando por la ventana con la difusa y frenética esperanza de verla aparecer a lo lejos en el camino que se traza en medio del trigal pero cada tarde es una nueva desilusión porque solo nubes surcan el cielo y solo neblina invade el camino que abandonado comienza a desaparecer por el efecto ineludible del tiempo y la naturaleza. en mi mesa junto a la ventana mis papeles ya no caben y llenos de sentimientos que a nadie le importan ven morir el atardecer y llegar una fría noche sumándose a la larga lista de pesadillas albergadas por la hórrida y desteñida soledad que se ha apoderado de esta casa olvidada por la vida y la felicidad.
los rayos de sol que entraban por la ventana a las cinco de la tarde acariciando con sus dorados rizos los ribetes de la cortina se diluyeron en su último intento por traerla de vuelta. entonces todo quedó congelado en el tiempo... es extraño; parece que el tiempo no pasara aunque mi ansiedad dice otra cosa y últimamente ha estado más intratable que de costumbre haciendo temblar mis manos y produciéndome taquicardia. siento que no tengo remedio y sumido en una constante depresión deseo cortar mi existencia buscando la paz que su presencia me daba pero no he sido capaz porque una voz inexplicablemente pertinaz me dice que espere un día más, mientras tanto en mis delirios de locura recorro la casa llorando y hablándole como si nunca se hubiera ido y de hecho de alguna manera nunca se fue porque en forma de recuerdo amargo. dulce o embriagante está aquí más presente cada día en cada rincón de cada segundo marcado con su nombre. sigo mirando por la ventana con la difusa y frenética esperanza de verla aparecer a lo lejos en el camino que se traza en medio del trigal pero cada tarde es una nueva desilusión porque solo nubes surcan el cielo y solo neblina invade el camino que abandonado comienza a desaparecer por el efecto ineludible del tiempo y la naturaleza. en mi mesa junto a la ventana mis papeles ya no caben y llenos de sentimientos que a nadie le importan ven morir el atardecer y llegar una fría noche sumándose a la larga lista de pesadillas albergadas por la hórrida y desteñida soledad que se ha apoderado de esta casa olvidada por la vida y la felicidad.
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