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LEOPOLDO MARÍA PANERO

Publicado el , 29 de Nov de 2018

No era el albatros del que hablaba Baudelaire.

A lo sumo sería Dumbo con las orejas muy pesadas para poder volar.

Y definitivamente era cuidadoso de que una puta no robase sus poemas.

Supe que su cordón umbilical está en la vitrina de un psiquiátrico.

Y un sabor de heroína lleva su nombre.

Un borracho me juraba que si mencionas su nombre tres veces se te aparece en los poemas que deshechas.

Porque al morir New York seguirá siendo New York.

Siendo probable que en su entierro Mandrake diga algunas buenas palabras.

Quedando en su cocina un vaso con la foto del generalísimo Franco borrada por el tiempo.

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Sobre el autor

Bastian Molloy



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