Devastado

Devastado, desolado y encarnecido con esta vida putrefacta
que de vivir malas experiencias está agotado,
muchas son las palabras que se pasan por mis dedos
intentando acariciar un ápice de este estado mental 
que carcome vidas y entierra memorias.

No es fácil expresar como ésta cuestión de respirar
se va haciendo agonizante, no hay palabras que llenen este vacío,
un suspiro casi perpetuo murmulla aun titilante con tu ausencia,
la misma que me acompaña desde hace un par de años.

Las memorias se transforman en lágrimas amargas
llenas de remordimiento mientras el café de la mañana 
aun sigue tibio esperando a tu boca para ser deleitado.
Te me fuiste, te me perdiste, te maté.

Despacio, de a poco, a diario, con un sin fin de palabras
insólitas que aun repaso en mi memoria, una y otra vez regresas como un sueño,
para hacerme sentir que aun sigues presente, me observas, me acompañas,
como solías hacerlo cuando tu corazón latía.

Ni todo este tiempo me ha bastado para hacerte a un lado,
para reconstruir las piezas del rompezabezas de mi vida y
que te llevaste con tu partida, estás latente en mis días,
como un fuego que arde y no se consume.

No puedo concentrar mis pensamientos o esquivar
las balas que impactan mi mente, todo vuelve a tí:
como un imán que atrae lo que se haya a su alrededor,
me atraes hasta el núcleo de mis neuronas,
haciéndome olvidar la vida misma.

Espérame un poco más porque aun tardo en llegar hasta tus brazos,
esos mismos en los que debí aferrarme ese viernes frío de octubre.

• Sentimientos