Tarde oscura de domingo

Nos transformamos en instantes
quizás un pequeño grano insignificante
que atraviesa los sentidos
y desmorona la conciencia.

Somos una cifra, un pequeño número inconsciente e incesante que nos grita
constantemente el poco tiempo que nos queda en la tierra y como los desperdiciamos mientras se agotan los segundos.

Seguimos siendo los recuerdos de memorias precarias,
de insultos atragantados en la ironía del tiempo,
mientras una lágrima se escurre como una puñalada que recuerda lo cruel que es la ausencia.

De a poco y en cada segundo se desperdicia
el sueño de volver a tenerte y es ahí cuando
la realidad me golpea mientras me escupe
si fría e irónica divergencia.

Estás conmigo aún sin verte,
te siento aquí como un palito latente
que me desarma cuando me siento sola,
me moldeas las entrañas para ordenarme los sentidos
cuando intento no perder la cabeza.

Eres la bocanada aún tibia de un aliento
que nunca fue mío pero lo dió todo por mi,
no sé cuánto tiempo me tarde pero entre mis letras
te anhelo para regocijarmeme en la fantasía de tenerte.
Mientras la vida logra volver a juntarnos,
seguiré recogiendo mis memorias roidas
para plasmarlas en la insensatez de encontrarte
leyendo estas líneas dedicadas a ti...

• segmentov