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Libélula

Publicado el , 29 de Jul de 2015

...no nací en cama de seda, no visto espumosos encajes, ni me canta en la tarde un pájaro de oro.
Mi piel no tiene la fina blancura de las conchas, ni podría sentir un guisante oculto bajo diez colchones de plumas.

Sólo tengo un gorro cónico salpicado de estrellas, una túnica raída por incesantes vuelos y un cuervo que grazna asustado cuando te le acercas.

Casi no tengo nada. No son de princesa mis manos; pero saben cargar las ramas secas y alimentar el fuego que habrá de calentarte.
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Sobre el autor

Yudaima



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Hambre de ti

Tengo hambre de besos, de canciones, de historias De esas horas valientes que desafían al tiempo De espíritus con magia, y azúcares de glorias Endulzando mi cuerpo sin perder un momento. Tengo hambre de manos dibujando mis ojos Retratando en sus lienzos mi pupila encendida ...

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