Estancia
Publicado el , 29 de Oct de 2015

Estancia
La eternidad es eso que se compone de cortos tiempos,
uno tras otros los momentos,
las personas en los lugares tienen tanto en común,
sujetas a las mismas debilidades.
Suelo estar dentro de espacios invadidos
de personas y sus risas con restos de comida,
las conversaciones que de fondo son invitaciones;
ruegan por atención y encanto.
Fotografío mi realidad entre fachadas y más vino,
ya sé como actuar, es un asunto de saber esperar
a que caiga la noche seguida de la madrugada y tendré que partir,
nadie me recordara y yo no tendré a quien contárselo.
Y eso se repite a cada pueblo al que voy,
muchas historias se entre tejen, algunos ganadores
encuentran la bella que les sustente de por vida justo frente de mí,
otros tienen perdidas y a mí no me pasa nada.
El próximo domingo estos mismos estarán otra vez juntos,
comiendo y bebiendo, muriendo de risa y glotonería,
yo no sé cuál será mi suerte, en que mesa y con qué gente,
cuanto me va a durar la alegría recibida de la gente.
He aprendido a callar, a observar y escuchar, me estoy llenando,
así como la gente se absorbe la televisión con exceso,
rindiendo culto y tiempo por ver lo que no pueden vivir ni tener,
así yo con huellas de peregrino, imagino un clan conmigo.
Y aunque la caridad es la mano que estrecha mi bienvenida,
no dejo de soñar que algún día seré como uno de ellos,
un señor bien respetado con clamor y clase,
aunque se porque lo he visto; eso es todo falso y liviano.
Lo mío más bien es no querer estar de este lado,
el raro que finge ser aceptado cuando realmente soy invisible,
entre tanto he conocido, todavía recuerdo la invitación cuando se me dijo;
“La eternidad es quien te espera invariable para amar en cada vacío.”
Roger Robles.
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