CRONOS, HUÉRFANO DEL CIELO

Padre, tráeme al pájaro que agoniza.

Su último latido volverá espeso el cielo.

Padre, la lluvia caía pero nunca tocó tu cadáver.

Padre, las ancianas rezaban, sus pechos buscaban y recordaban tus labios.

Padre, olvida que mi nombre fue monte, que mi apellido fue viento anidando en las ramas de los árboles.

Padre, ya no ríes, aún si mi voz delgada susurra que el sol es yema deslizándose entre tibios atardeceres  

Padre, nunca aprendí a rezar, yo sólo repito causa-efecto causa-efecto hasta ver derrumbarse una palabra dentro de otra.

Padre, el llanto del niño inundó la habitación, afuera sólo encontré una mazmorra tras otra.

Padre, solo hallo el color de la noche en tus párpados sempiternos

Padre, yo lo sé, ella lo sabe, recordar es el pasatiempo de los muertos que ignoran su propio deceso

Padre, serás el camello que cruce por el ojo de la aguja.

Padre, tengo miedo que dios aún no me odie lo suficiente.

Padre, tengo miedo que mi muerte sea una aburrida fiesta sorpresa.

Si papá…  como la que me hicieron cuando cumplí 18 años

• Segmento IV